martes, 4 de abril de 2017

¿QUE PROPONE LA ESCENA CONTEMPORANEA?




En los últimos veinte años, las sociedades han experimentado varios cambios históricos y culturales, influenciados fundamentalmente por la globalización, lo digital, el uso masivo de la internet y por supuesto las redes sociales que modifican permanentemente la idea de comunicación y espacio-tiempo. Realidad y virtualidad se confunden y hasta intercambian sus roles. Hoy, la era digital requiere de un esfuerzo de reflexión. Frente a estas transmutaciones, ¿qué propone la escena?… El objetivo de este blog es practicar la crítica como un elemento de cavilación y análisis de las problemáticas teóricas y estéticas de la escena dramática contemporánea. Hace unos años Juan José Saer decía en una entrevista en la Universidad del Litoral (UNL) que uno de los problemas más profundos por los que atravesaba la literatura (y el arte en general, por lo tanto el teatro) era la ausencia de la critica en los medios masivos. Contaba que ya se habían retirado de los grandes diarios los aportes de la critica literaria y que esto producía un aplastamiento de los motivos para escribir, aplanaba a la literatura y dejaba un vacío en los debates sobre las producciones simbólicas que resultaba problemático para los escritores. El mercado usa a los medios como vidriera de lanzamiento e impone el criterio que nos debe interesar, pero eso no es critica sino publicidad. Ya casi ni siquiera en revistas especializadas se puede leer critica, esa ausencia deteriora e imposibilita el avance de discusiones sobre la creación y los aportes que el arte hace a los debates contemporáneos. Leer únicamente aplaudidores de medios hegemónicos o en el caso de que no puedan serlo, no leer absolutamente nada respecto de una obra, ignora al artista y le impide que pueda incorporar a su trabajo otras miradas fuera de la propia.

Me interesa. Así como me interesa la idea de que el dinero se vuelve cada vez más inmaterial y poderoso y que todo pareciera adquirir cada vez más obsesivamente el mismo aspecto, como los automóviles,  las casas o la ropa, mientras  que el mundo cambia radical y vertiginosamente.