viernes, 10 de agosto de 2018

"IMAGINADOS" en TEATRO ESTUDIO




La idea es muy buena.
La aclaración  publicada en las redes dice:"El espacio escénico es el campo imaginario de un autor en plena acción de escritura de sus últimos tres relatos. Los actores son, para él, entes que habitan su imaginario actuando sus relatos y re-actuando aquello que el autor decide descartar y reescibir. Esa "vida" para los actores parece ser una tortura. La indefinición de su destino, el no saber de su muerte, esperando que el autor defina de una vez por todas el final de sus relatos para poder desaparecer y dejar atrás esa angustia existencial que parece ser una metáfora de la "angustia creativa" de ese "padre" que les define el destino." 
La información es excesiva y delata las dificultades para entender el relato si se la desconoce. 
En la acción es posible percibir la intención anunciada, pero verla en la escena, no; salvo en algunos chispazos que igualmente resultan confusos dado el modo interpretativo que se eligió para contar las tres historias, lo que dificulta situar las figuras en espacio-tiempo y desaprovecha el concepto. Sin embargo, el hilo angustiante en el que se desarrolla la obra inquieta y mantiene nuestro interés en un collage de escenas en las que se desarrollan temas como el abuso, la trata, la desaparición, la avaricia y la desigualdad de clases aunque desde la obviedad y el cliché sin que ambos elementos aporten el vacío que representan esas formas previsibles, convertidos en irritación y profundidad dramática tanto en la narración como en la acción. Lamentablemente, salvo de su propia suerte, las figuras no cuentan nada de la personalidad del escritor, de su dificultad o incapacidad creativa o de su empecinamiento o arrogancia en crear un buen libro o hacer dinero con él, un libro en el que el nombre de sus capítulos ya avecina el fracaso, desaprovechando así un enriquecimiento a la dinámica del hecho; como tampoco se quedan enredados o congelados en una palabra, o una frase a la búsqueda de sinónimos o cadencia semántica, algo que haría crecer el siniestro juego de la creación en el cosmos de este autor ignoto y ahondaría y esclarecería el contenido de la propuesta. Tampoco ante cada borrón y descarte del autor se modifica la gestualidad de los personajes que se mantienen sin más modificación que la secuencia.
La sonoridad de la obra, entorpece por momentos la concentración. La regulación del volúmen de la música al incio como de la voz en algunos pasajes, ignoran la acústica y dimensión de la sala sin que eso pueda considerarse deseado. 
La intranquilidad, la ansiedad y la incertidumbre de los personajes mantiene su constante gracias a un espacio ideal que aunque no escapa a la interminable moda vintage, enmarca y da contenido a esas figuras en pena. Un living que no da a ninguna parte, al que es imposible adosarle otros ambientes, sin ventanas, el encierro. Un lugar de diálogo pero con la distancia precisa de ser simplemente un preámbulo social al interior y la intimidad real de sus ocupantes, que presenta al principio figuras a la espera, cansadas, hartas, aburridas y es lo que facilita fundamentalmente poder enmarcar e hilar el mosaico de escenas en un clima lúgrube con iluminación indecisa en la que no queda claro si los actores están a veces en sombra como propuesta, tal vez como desapareciendo de la escritura que signa su existencia o simplemente mal iluminados.
Toda obra de teatro crece en el transcurso de las funciones y en diálogo con el público y siempre las mejores funciones son las últimas porque a través de las devoluciones se va puliendo, agrandando y precisando. Siempre hay correcciones que hacer. Esta pieza ha estado en escena desde 2009 y en mayo de este año, en un reportaje a PILA, Canevaro responde a la pregunta "¿qué cambió y cuáles aspectos continúan en el proceso sobre el escenario?", lo siguiente: "-Realmente cambió muy poco. Agregamos algunos detalles que hacen que sea menos críptico el relato. Aunque sigue siéndolo, de alguna manera, a nosotros nos satisface más ahora, que con esos detalles logramos abrirnos y captar más aún la atención del público".
Lástima, la idea es muy buena, tiene un potencial infinito y cuenta con un buen grupo de actorxs. 
Karl May, un escritor alemán dijo: " El arte es algo hermoso, pero da mucho trabajo". 



Dramaturgia: José Pollo Canevaro
Dirección: José Pollo Canevaro
Escenografía: Olivia Grioni
Iluminación: Olivia Grioni
Sonido: Diego Madoery
Actúan: Federico Aimetta, Guillermina Andrade, María Laura Belmonte, Juan Pablo Thomas
Asesoramiento coreográfico: Julieta Ranno
Asistencia de dirección: Jorge Pérez
Asistencia de vestuario: Olivia Grioni
Asistencia técnica: Olivia Grioni
Fotografía: Enzo Brutti

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