domingo, 22 de noviembre de 2020

LA VOIX HUMAINE en puesta de Braian Kobla para Ôpera al Parque / Bogotá


Una mujer hablando por teléfono con el hombre que ama y que acaba de dejarla, habla de un intento fallido de suicidio que quizás no haya sido el último y esta mujer abandonada es la única figura, su voz la única en esta ópera que dibuja un retrato íntimo de una persona en una situación que siente sin salida. La mujer sólo está conectada al mundo exterior a través de su teléfono. Niega la separación para no tener que sentirla. La ausencia del hombre que ama, (que ya tiene una nueva), se hace aún más perceptible por el teléfono que por su simple ausencia. Así, la mujer culpa al teléfono de la causa de la separación. Finalmente, se aparta totalmente de la realidad para eludir el dolor: "Las cosas que no imagino no existen”. Francis Poulenc (1899-1963) compuso La Voz Humana, su última ópera,  en 1958 basada en el monólogo escrito en 1930 por Jean Cocteau. Muy cercana al lenguaje  y sin embargo entre la canción y los gestos de ópera, la obra abre una enorme gama de colores vocales, estados y sentimientos. La "tragedia lírica" de Poulenc, está situada en un mundo cotidiano actual  y convierte al espectador en testigo de una conversación telefónica descompuesta de incomunicación en el transcurso de la cual pasa revista al pasado común de esta ex pareja: desde buenos recuerdos hasta el evidente auto-fraude, el miedo a la pérdida y la desesperación. La conversación íntima y el gran gesto dramático cambian constante y sorprendentemente en la obra de Poulenc, tanto argumentativa como musicalmente. Es un destilado de las pasiones y del sufrimiento  y la unión y el amor mal entendidos ("Sólo he aprendido a estar ahí para ti"), una (in)comunicación que está sujeta a errores y desencuentros.  Hoy en día, si bien la línea de telefonía fija es prácticamente inexistente en viviendas, como también lo es la imagen de la mujer de los años treinta, el conflicto amoroso se ha mantenido igual y no sólo para la heteronorma como plantea el libreto desde el patriarcado. Quien pone esta obra en escena tiene que lidiar con todo esto y con el hecho de que esta ópera de cámara requiere  un marco pequeño e íntimo y con la curiosa idea establecida de que hay relativamente poca acción que mostrar en 40 minutos, por lo que siempre vemos lo esperado: ella sentada, recostada, acurrucada, parada, tendida en el piso, subida a un mueble o por debajo de él y punto. La obra es soportada sustancialmente por la soprano, en este caso por la magnífica Ana María Ruge. La voz lírica brillante es lo suficientemente móvil como para alcanzar un sonido fluido de recitativo, pero también puede vibrar en los grandes arcos melódicos con soltura. También en este caso, la ejecución musical contribuyó favorablemente y de manera decisiva. Juan David Mora al piano, acompaña impecable y sensiblemente a Ruge y con la eliminación de la orquesta se refuerza dramáticamente el espíritu confidencial de la obra. Sin embargo, Braian Kobla no centró su interés en ahondar ni en poner en escena este conflicto y pese a la fuerza dramática ineludible de la trama, intentó un aggiornamiento que resultó  impuesto y compitió permanentemente con la pieza para detrimento de ésta.

“…En esta puesta en escena La Voix humaine se abordará desde procedimientos cinematográficos vinculados a la Nouvelle Vague, con especial énfasis en la articulación de un registro en blanco y negro, con una traslación escénica contemporánea que establezca resonancias con el desencanto de esta época de aislamiento en sus múltiples formas: ¿hay imagen más desoladora que la de una cantante parada frente a una sala vacía?...”, declara y se acota al video de YouTube de Ópera al Parque/Bogotá, evento del cual participó la puesta Kobla/Laxague.  Sí, suena fantástico, pero de Nouvelle Vague sólo el registro blanco y negro; limitándonos al mundo escénico, más desoladora es una sala vacía…El diseño espacial del Tata Laxague muestra un set de filmación, un sofá imitación “Chesterfield” y una planta a la derecha sobre un infinito blanco centran la escena. Como vestuario de la solista, un buzo con capucha, pantalones jogging, mochila, en fin… Al inicio, me desconcentró el acto reflejo de descifrar dónde ocurría la acción armada en ese set, ¿es la casa de ella?, ¿es la sala de espera de un psiquiatra?, ¿es un estudio jurídico?, descarté la casa de ella porque si sólo hay un elemento para marcarla, la elección del “Chesterfield” me pareció desacertada para esa mujer vestida como el estereotipo de cualquier  joven que hoy milita el “ni una menos” y el “aborto ya”. El vestuario también confundía, mejor dicho no existía, de hecho nadie figura como vestuarista en el reparto. Una ausencia notoria. ¿Por qué esa joven con esa imagen fuerte  tendría un sofá así, tan burgués, en su casa y con esa planta horrible?, ¿o sería la casa de los padres? ,¿Pero por qué estaría justamente ahora en la casa de sus padres?... No lo entendí. Todo mueble u objeto que uno pone en un escenario tiene inevitablemente un significado y una información precisa que narra, si induce a distraer de lo que está ocurriendo en escena para buscar respuestas a su presencia, es porque no los tiene y no suma. El camarógrafo yendo y viniendo (amén de lo trillado de la escena) sólo rompía la enorme tensión dramática que debería haberse creado. La solista por un lado, el camarógrafo por otro, dos obras simultáneas a los tarascones entre sí. Tanto la elección del reparto como luego la del vestuario son de primordial importancia en una obra, porque al igual que muebles, objetos y elementos, cuentan todo lo que no se verá representado. Por ejemplo, para este argumento, si la elección hubiese sido una cantante de mucha más edad que la de Ruge (como la puesta con Felicity Lott como solista), hablaría de una mujer que abandonada luego de una vida entera en pareja y siendo mayor, se encuentra lógicamente en una situación límite de la que en la cultura patriarcal no tiene escapatoria. En este caso, que una mujer joven, con esa imagen y vestimenta  no encuentre salida y piense en el suicidio por un conflicto amoroso justamente a una edad temprana, implica como conducta en sí, primero que nada su contradicción ideológica entre lo aprendido culturalmente y su “militancia”, el antagonismo entre su discurso y su realidad, (lo que se ignoró en la marcación del personaje); y además habla de alguien con algunos “problemitas” serios, (que tampoco se vio). La imposición a la trama de una historia que sólo fue paralela, descuidó el trabajo actoral de la protagonista que mostró pocos cambios emocionales tan claros en el libreto y tan audibles en la música y el canto, cambios imprescindibles para lograr el crescendo dramático necesario y llegar a la sacudida final de la sala vacía, otra asfixia, otra muerte  distinta de la escrita, en favor del concepto de puesta. Tratándose de una transmisión video con primerísimos planos, tampoco se vio un prolijo trabajo de rostro.  Didactismos varios como el del bozal porque se cuenta de un perro, el camarógrafo, el cable enredado para mostrarnos la incomunicación o la asistente recibiendo la mochila, quitaron ritmo escénico y aportaron dispersión. Hubiera bastado y realmente emocionado, que lo que atrapase fuesen simplemente la acción y el conflicto creado por Poulenc-Cocteau y sólo al final ver a ella parada frente a una sala vacía, entonces sí, hubiese relatado de un golpe el planteo de Kobla pero sin entorpecer la obra y sin pedagogía. Hubiese sido realmente potente. Bombardear al público con información e ideas varias sólo aturde, distrae y desorienta. Una puesta con más pretensión que resultado.

Video LA VOIX HUMAINE


La Voix Humaine ( 1958 )

(Ganadores Beca de Ópera, Opereta y Zarzuela 2020)

Estreno: 21.11.2020 para Òpera al Parque/Bogotá, Colombia

Música: Francis Poulenc | Libreto: Jean Cocteau

 

Soprano: Ana María Ruge (Colombia)

Piano: Juan David Mora (Colombia)

 

Dirección escénica: Braian Kobla (Argentina)

Diseño de espacio escénico: Tata Laxague (Argentina)

Dirección General: María Juliana Velásquez T (Colombia)

Producción: Metrónoma https://directorioicc.gov.co/metronoma-sas

Producción audiovisual: Distrito Audiovisual 

Ingeniero de sonido:  Gonzalo García