Cuando
inicié este Blog, la intensión era dar mi opinión personal sobre el teatro que
veía tanto fuera del país como fundamentalmente en la ciudad de La Plata, donde
salvo excepciones como la publicación “El Ojo de la Navaja” de Gustavo Radice y
Carolina Donantuoni, no existen propuestas profesionales para difundir la obra
de artistas locales y promover el debate necesario que aporte al desarrollo
tanto de creadores como del público. Con esto no afirmo que a alguien pueda interesarle sino que me interesa a mí. Y me inclino a hacerlo por este medio dada la fácil accesibilidad que ofrece. El libro tradicional es
una forma técnica, que a su vez ha producido una forma literaria. La novela
como obra de arte, como fenómeno estético necesita del libro, así como la actuación necesita del teatro. Estoy segure que
nada de esto desaparecerá, ni siquiera el libro, sólo que estoy a favor de la
gratuidad de esta posibilidad, tanto para mí como para quien quiera leerlo y
fuera de eso, ¿qué libro se deja actualizar sin necesidad de una nueva edición?... Los medios nacionales, (los sabemos con poquísimas singularidades), no están interesados en nada que se produzca
más allá de la General Paz, salvo que
por relación o compromiso personal y/o político, estén dispuestos a hacer el
tedioso viaje a “Macondo”, es decir a donde fuere lejos de la sagrada capital argentina
y escribir algo al respecto, (lo que naturalmente resulta siempre influenciado
por la obligación). Por costumbre o cansancio, aceptamos sin más que en un país
con 45.195.777 habitantes sólo valga la pena lo que se produce en el área
metropolitana; esta práctica igual que su aprobación tiene obviamente un profundo
contenido ideológico que sostiene la supremacía intelectual y creativa de una “elite”
respecto de la totalidad de quienes habitan el país con todo lo que eso implica y que llevamos insertada de
manera endovenosa desde que iniciamos la escolaridad, así el poder de la educación.
El conocer tanto las producciones capitalinas como las del interior, sus disimilitudes
o semejanzas contribuiría no sólo al artífice de la obra y les espectadores,
sino a examinar nuestra propia cultura, sus destrezas y sus falencias en favor de nuestra identidad. De todos
modos, también lo sabemos, el mercado usa a los medios para marcarnos agenda e
influenciarnos "siempre desde CABA" a la hora de decidir qué es lo que queremos
ver, pero eso no es crítica sino obvia publicidad. La crítica en
sí, despojada de todo interés, es algo que prácticamente ha dejado de existir sobre cualquier manifestación
artística. La falta de análisis u opinión y debate, aplanan y estancan rotundamente
no sólo a creadores sino también a observadores, con el agravante de promover únicamente
aplaudidores o detractores sin que ambas partes puedan obtener aportes a su
conocimiento y moldear una mirada propia más productiva respecto de la adulación
o el destrozo, (algo tan propio de nuestra cultura nepótica), pero que impiden
el desarrollo y el avance. Así es que he
visto varias propuestas pero la mayoría de ellas no me incentivó a comentarlas,
sí hicieron que me preguntase dónde estaría la punta del hilo de la madeja en
la falta de motivación porque en un idioma tan rico no es posible no encontrar palabras. Respecto de mis aclaraciones anteriores a esta, esta ausencia
de estímulo suena a contradicción, aficionada, mezquina, catastrófica pero
simplemente fue mi reacción ante el notorio producto de
sucesivas políticas culturales y educativas que derivan invariablemente
en equivocaciones y van mucho más allá y con prelación a la obra en cuestión.
Desde
hace una década he estado indagando a muchos docentes, profesores y estudiantes de arte (universitarios los más) que se acercaron a la TAE*, como también a artistas
jóvenes argentinos para que definiesen aquello que estudiaban o hacían. La pregunta
era aparentemente simple pero la respuesta resultó ser todo lo contrario. ¿Qué
es arte?...
La
mayoría acordó que dar una definición sería muy complicado o imposible y hasta
incluso que se trataba de algo indefinible y en todo caso llevaron el intento
siempre al plano emocional que lejos de lograr una explicación concreta resultó
inequívocamente una variante de selfie, meramente autorreferencial. Esto que
relato, de ninguna manera expresa una generalización sino exclusivamente mi
experiencia personal durante nueve años en Argentina. De todos los interrogantes que me empecino en intentar resolver en este campo, tres surgen
como prioritarios: ¿en qué momento se produce el fenómeno de no saber qué es
arte a luego considerarse o considerar a alguien artista?, y en este contexto:
¿cómo es posible producirlo?... por último, ¿que hay acerca de la escena y el hecho
teatral en sí? Arte es un concepto y un todo, la escena no puede desentenderse de eso. Aquí, retomo enonces este Blog…
A
partir de la obra de Marcel Duchamp*, concluímos que potencialmente todo podría
ser arte; desde Joseph Beuys* entendimos que probablemente todos podrían
crearlo y finalmente completando esta seguidilla de interpretaciones erróneas,
gracias al filósofo Byung Chul Han* nos sacamos de encima el problema y el peso
de la originalidad. Lo que todavía complicó más nuestros días creativos en
malinterpretaciones, fue el surgimiento de la publicidad moderna y luego el de
la internet con las redes sociales y no
sabiendo explicarlo con precisión, nos
desorientó el hecho de que el arte pareciera estar latente en todas partes.
En
la actualidad no hay límites. Cuando en los años 60s Daniel Buren*, usó
patrones de tiras como una herramienta
para analizar nuestra percepción, el público en su violenta ignorancia manifestó inmediatamente su escandalización calificándolas simplemente de
estampados de toldos. Ahora podemos afirmar que nunca antes el arte ha mostrado tanto
contenido al mundo como actualmente y eso es en esencia lo que diferencia y
define al arte contemporáneo del moderno y postmoderno, aún cuando cada vez más
los movimientos se mezclan bastante (incluso de períodos muy remotos). Esa
mezcla en aumento significa evidentemente que estamos entrando en un nuevo
período, aunque muches creadores no tengan ni la menor idea de que están
mezclando.
Desde
Platón* aprendimos que el arte siempre ha sido contemporáneo (en el sentido de
coetáneo), por el simple hecho de que expresa estética, política y poéticamente el momento
de una determinada época y su cultura. Precisamente por eso, la definición del
concepto de arte ha cambiado permanentemente acorde al tiempo al que se
refiere. El arte moderno e incluso el postmoderno como puente hacia el arte
contemporáneo se concentraba en la forma, la composición, la textura, etc., una
idea en la que todavía hoy insisten algunas universidades de arte generando con
ello la formación de técniques y no de artistas. El arte radica hoy esencialmente en la idea.El
arte contemporáneo se define en el contenido y aquello que indaga sobre
nuestras sociedades y culturas respecto del mundo actual, pero tal como dijo
Oscar Wilde*, “el arte refleja a aquel que lo observa, no a la vida”. Hoy, la
era digital requiere un esfuerzo de reflexión por parte de quienes queremos y
pretendemos poner nuestros días en imagen y acción y ponerlos como una
reevaluación estética del presente.
De
todos modos, los avances técnicos rápidos, precisamente por utilizarlos
esencialmente bajo las formas que ya conocíamos sin ellos, en lugar de explorar
el aporte de sus posibilidades han provocado caos en la búsqueda de imágenes
representativas. En su obra
"Feuilleton", el
artista Angel Vergara*, dio una impresión significativa de este trastorno.
Montada en un interior, se trata de varias imágenes de medios en una gran
pantalla titilante y en blanco y negro sobre las que una mano está constantemente tratando de
captarlas con pintura sobre placas de vidrio superpuestas. Vergara trató de
pintar los movimientos sobre ellas y el resultado fueron pinturas abstractas en
colores impresionistas. Este intento indefenso de encontrar de algún modo las
imágenes del mundo en los medios, corresponde a la tentativa de muches, tanto de les formadores como de les creatives en arte, de buscar sólo en la técnica y el
efecto, en lugar de recordar la propia fuerza del arte.
El
arte contemporáneo convirtió al presente
en su ideología y se dio un nombre tan absurdo y tan prometedoramente
avasallante, que al mismo tiempo resultó una contradicción en sí misma: “arte
contemporáneo”. ¿Por qué el arte, producido en un momento dado, no habría sido
contemporáneo? Cuando el arte actual se consolidó como movimiento finalizando
los 80s, parecía tener todo el tiempo de su lado, pero el mundo en su
intrincada velocidad se le adelantó
despiadadamente hasta perdérsele de vista. Para nuestra aceleración cambiante,
décadas insistiendo a través de diversos planteamientos con un mismo objetivo
resulta una enorme, inmensa cantidad de tiempo propicia al desfasaje y deja
sólo a un puñado de artistas ileses con una propuesta auténtica, original y
propia dándonos la certeza de encontramos en un período de transición, pero para
el resto la desorientación es grande. En esta desesperación y desde hace no
muchos años, se ha incorporado al mercado de arte a algunes artistas
performátiques considerándoles dignes de ser parte de él; un ámbito en el que
sólo convivían artistas plástiques, videastas y fotógrafes. Evidentemente ya no
basta con el circular de los observadores frente, encima o alrededor de la obra
como único movimiento en un museo, en una galería o en donde fuere. Pero, ¿es
sólo eso lo que no basta? Hoy la acción se revela a su vez como potente imagen
y la escena no debiera ignorarlo. Habiendo convertido la imprecisión y la
pereza casi en un sello propio, la escena nacional se parapeta tras citas de
pensadores de moda que rara vez lleva a la práctica y “resignifica” efectos desoyendo
causas… En fin, las respuestas siempre son problemáticas porque implican una
forma de cierre, pero en un tono polémico, las preguntas también pueden
convertirse en respuestas.
Teatro Argentino de La Plata, Sala Ginastera, Ministro de Cultura Alejandro "Conejo" Gómez /Gestión Martín Bauer (2015-2019). Fotografía: Luciana Demichelis |
*Barbara Kruger, artista estadounidense (26.01.1945-New Jersey), considerada pionera del arte conceptual. http://www.barbarakruger.com/
*TAE, Escuela de Arte y Oficios del Teatro Argentino de La Plata: https://latae.com.ar/ ,https://www.facebook.com/TAE.OFICIAL/ @escuelaespaciotae
*Marcel Duchamp, artista francés (1887-1968), https://www.lavanguardia.com/cultura/20181002/452125421061/obras-polemicas-marcel-duchamp-aniversario.html
*Joseph Beuys, artista alemán que trabajó con varios medios y técnicas como escultura, performance, happenig, video. instalción, y perteneció al grupo fluxus (1921-1986) https://www.deutsche-digitale-bibliothek.de/person/gnd/118510460?lang=en#0
*Byung Chul Han, filósofo, autor y ensayista alemán nacido en Seoul-Corea del Sur en 1959, http://www.byungchulhan.de/index.html
*Daniel Buren, pintor y escultor francés (25.031938-Boulogne-Billancour/París) se lo considera un representante de la pintura analítica y del arte conceptual. https://www.danielburen.com/
*Platón, filósofo griego (Atenas o Egina, c. 427-347 a. C.)
*Oscar Fingal O'Flahertie Wills Wilde (*16. Octubre de 1854 en Dublín; † 30. noviembre de 1900 en París) :
fue un escritor irlandés,poeta, novelista, dramaturgo y crítico. https://www.cmgww.com/historic/wilde/
* Angel Vergara (1959-Mieres, España), https://www.axel-vervoordt.com/gallery/artists/angel-vergara